Cómo detectar un trastorno alimentario
Los trastornos alimentarios no aparecen de la noche a la mañana, su inicio suele ser insidioso y muchas veces pasan inadvertidos durante mucho tiempo.
La detección temprana resulta fundamental, y por eso es importante reconocer los indicios que puedan indicar un trastorno alimentario. Y es que en la mayoría de los casos esas señales nos pasan desapercibidas o -por la razón que sea- no las vemos.
La pérdida de peso extrema es una señal clara de que alguien puede padecer un trastorno alimentario, pero hay otras señales que pueden ponernos sobre la pista:
>Uso de ropa ancha o muchas capas de ropa para ocultar el cuerpo.
>Evitar actividades en las que se muestre el cuerpo, piscina, playa, etc.
>Pesarse constantemente o pánico a la báscula
>Ansiedad, irritabilidad, nerviosismo, humor cambiante…
>Hiperexigencia académica
>Impulsividad, mentiras, autolesiones
>Insatisfacción constante
>Fluctuaciones drásticas de peso, ya sea hacia arriba o hacia abajo
>Preocupación por el peso, las calorías y el cuerpo
>Rechazo de determinados alimentos o categorías de alimentos (como el azúcar o los hidratos de carbono).
>Exceso de ejercicio o deporte.
>Saltarse comidas, comer sólo pequeñas cantidades en las comidas principales o comer «fuera» con frecuencia.
>Rituales alimentarios, como masticar en exceso o no dejar que se toquen los distintos alimentos del plato.
>Signos de conductas purgativas, como ir al baño con frecuencia, sonidos u olor a vómito o cajas de laxantes.
>Muchos envoltorios o recipientes de comida vacíos en periodos cortos.
Que quede claro que estas señales no son un diagnóstico y, por tanto, no confirman la enfermedad. Para diagnosticarla es indispensable la evaluación de un profesional de la salud mental.
Los trastornos alimentarios son enfermedades muy graves pero con el tratamiento adecuado la recuperación es posible; si crees que tú o alguien cercano puede estar padeciendo un TCA, pide ayuda, infórmate, nunca lo dejes pasar.