Navidad y TCA

La Navidad es la época del año más intensa en cuanto a relaciones sociales y comidas copiosas. Las reuniones con familia y amigos, los menús especiales, los dulces navideños…etc. las convierten en un tiovivo de emociones. Para las familias que están sufriendo por la enfermedad de alguien con TCA, estas fechas provocan mucha preocupación por todo lo que el propio contexto conlleva. Pensemos que, si ya de por sí, pensar en los menús, en la organización, en acertar con las propuestas, en conseguir un ambiente acogedor y agradable nos provoca a todos cierto estrés e inquietud, a una persona que sufre TCA, posiblemente los miedos, la ansiedad y la angustia por todo a lo que se va a tener que enfrentar se disparen. Esto puede hacer que estén aún más pendientes de ver cómo controlar la cantidad de alimentos, de cómo ocultarse tras la ropa, de cómo poder ir más veces al baño durante las comidas e incluso intentar evitar reuniones sociales para protegerse en el aislamiento… Es algo que puede ocurrir y a lo que debemos estar atentos.

Este debe ser nuestro punto de partida, entender que va a ser difícil para quién padece un TCA e intentar facilitar las cosas para evitar, en la medida que podamos, un mayor sufrimiento y, a la vez, no trastocar ni afectar en lo posible las costumbres y dinámicas de la familia, que también merecen disfrutar de los encuentros navideños.

Tomar la decisión de “no celebrar nada” por causa de la enfermedad, no es una buena opción, estaríamos potenciando un aislamiento no deseado e intentando evitar que afronten situaciones que deben hacerlo.

En este contexto, recogemos algunas recomendaciones de cara a estas fechas que propone María González, psicóloga especialista en TCA, y que pensamos pueden ser de utilidad:

• Es importante que la familia normalice estas fechas en la medida de lo posible, no es necesario alterar ninguna tradición que hasta la fecha del tratamiento se haya realizado. Los demás miembros de la familia tienen el derecho de vivirlas y disfrutarlas, así desfocalizamos la presión del paciente por su propia situación.

• Mantener las rutinas de alimentación indicadas en cada caso en cuanto a horarios y orden el resto de días de la Navidad, incluyendo las fechas señaladas, es fundamental, adaptándola en la medida de lo posible al menú navideño. Por poner un ejemplo, el día de Nochebuena, aunque la tradición sea una cena especial, es importante que el paciente mantenga el resto de comidas durante el día (desayuno, media mañana, comida y merienda). En cuanto a las típicas bandejas de turrones y demás dulces navideños es aconsejable que se muestren en las horas de las comidas únicamente, evitando que estén a la vista todo el tiempo durante todos los días.

• Los familiares han de aceptar que, como ocurre en el día a día, lo más probable es que el paciente se sienta preocupado por la comida que se está sirviendo. Hay que evitar el exceso de observación y señalamiento de cualquier reacción del paciente, permitiendo si llega el caso que se levante de la mesa si está muy angustiado en la sobremesa y pudiéndose trasladar ésta a otro espacio de la casa. Centrando la celebración de estas fechas en más aspectos que no sean únicamente la comida como en la conversación, la compañía con familiares e, incluso, momentos de ocio divertidos como ver películas, juegos de mesa, etc.

• Es positivo que el paciente pueda disfrutar y participar de la celebración de la Navidad con las tradiciones que la rodean y que no solo están enfocadas en la comida como puede ser: el adornar la casa, montar el árbol o el belén, dependiendo de cada caso, salir a dar un paseo y observar el alumbrado del pueblo o la ciudad, los mercadillos navideños, conciertos o musicales en esta época, etc. Estos espacios son buenos para dejar que la comida no cobre tanto protagonismo.

• Hay que tener en cuenta la fase de la enfermedad de cada paciente. Si la familia acaba de empezar el tratamiento es importante tener en cuenta y diferenciar que por un lado está nuestro ser querido y por otro el TCA, saber cuándo es el síntoma el que reacciona o habla y cuándo es la persona la que expresa una necesidad, ante todo evitar la culpabilización y liberar al paciente de las expectativas que los miembros de la familia en muchas ocasiones depositamos sobre ellos. Puede que para los familiares sea muy importante que el paciente pruebe un turrón en estas fechas, pero en realidad no lo es tanto y ese momento ya llegará cuando el paciente esté preparado para ello. Incluir al paciente en la celebración de estas fechas sin esperar una reacción determinada es esencial, manteniendo los límites acordados en terapia con los profesionales que lo lleven en cada caso.

• Reiteramos la importancia de evitar la culpabilización y el exceso de juicio por cualquier reacción o brote que la enfermedad pueda tener en estas fechas. El tratamiento es un proceso largo y seguramente todas las situaciones que se den en estos días pueden aportar mucho al trabajo en terapia. En ningún caso estas reacciones deben asumirse como fracasos, por lo que es fundamental apoyarse en los recursos terapéuticos que el centro ponga a su disposición (terapias individuales, grupos de apoyo, teléfonos/emails de emergencia, escuela de padres, etc.).

• Fomentar la comunicación con el paciente, preguntarle cómo se siente puntualmente sin caer en la reiteración y permitir que exprese sus necesidades, ofrecer nuestro apoyo y que perciba cómo la familia también se incluye en este proceso terapéutico asumiendo cada miembro su responsabilidad individual. Respetar los sentimientos del paciente sin que su expresión conlleve ningún coste por parte del sistema familiar es fundamental.

Estas recomendaciones son generales para los pacientes con un trastorno de la conducta alimentaria, pero hay que recordar que dependiendo del diagnóstico hay unas características especiales según el caso que conviene que se planifiquen con el profesional o profesionales que lleven al paciente.

Queremos terminar enviando nuestros mejores deseos para estas fiestas y que no nos falte fuerza, esperanza, ganas de luchar e ilusión en estos días, y siempre.

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