Es muy difícil conseguir plasmar todo el dolor, impotencia, sentimiento de indefensión y rabia que provoca, en las familias afectadas, la falta de medios y atención adecuada a las personas que están sufriendo una enfermedad tan grave como es un trastorno de la conducta alimentaria o TCA.
Queremos hacer ruido. Bueno, queremos no! NECESITAMOS hacer ruido, necesitamos que se nos escuche porque, hasta ahora, el desamparo y la desprotección que se sufre sigue siendo muy grande, e inconcebible para una sociedad a la que llamamos “del bienestar”.
El TCA es una enfermedad que, por su desarrollo muchas veces prolongado y agresivo, puede acarrear distintas secuelas, algunas de ellas incluso irreversibles. Las diferentes manifestaciones del trastorno (anorexia, bulimia, atracón…) afectan al organismo de una forma que, cuanto más se prolongan en el tiempo, y sin un adecuado tratamiento, más daño generan. De hecho, el deterioro a nivel interno puede llegar a ser tan grave que incluso provoque la muerte. Hay pocas enfermedades psiquiátricas tan mortales como ésta, dado su alto nivel de afectación si se cronifica, y eso sin olvidar las secuelas psicológicas y otros terribles riesgos como el de suicidio, también demasiado presente en esta enfermedad.
Por todo esto y mucho más, imposible de resumir en unas pocas palabras, no entendemos cómo no se tiene ni se genera una preocupación y una sensibilidad social acorde al problema, por parte de los responsables públicos, para tomar las medidas necesarias que garanticen un adecuado tratamiento. Es algo que nos frustra y nos desespera.
Hay que destacar que esta situación afecta ya a 400.000 personas en España, además de un número importante de casos que se quedan sin diagnosticar. Su inicio es temprano (300.000 tienen entre 12 y 24 años) y especialmente se ceba con las mujeres (un 90%). Si no se trata a tiempo, la enfermedad se agrava y cada vez es más difícil vencerla. Sin embargo, las personas SÍ pueden recuperarse con un tratamiento adecuado, y NO es cierto que exista un punto de no retorno. Al contrario, un buen tratamiento suele venir acompañado de un buen pronóstico.
Pero, para ello, necesitamos soporte. Necesitamos Centros Especializados con equipos multidisciplinares que puedan abordar todo el proceso de tratamiento de esta dura enfermedad. Porque no es algo tan simple como comer o no comer; eso, no nos engañemos, es un síntoma, y no es la base del problema, sino tan solo la punta del iceberg. Todo lo demás, lo realmente complicado, es lo que no se ve, porque queda oculto con la apariencia de ser un problema con la comida: miedo, inseguridad, angustia, depresión, ansiedad… Y dolor, mucho dolor… Por eso, es imprescindible un trabajo terapéutico conjunto, tanto a nivel individual como grupal, para conseguir vencerlo. Hay suficientes investigaciones y experiencias clínicas que demuestran y refuerzan que ese es el camino. Nosotros lo sabemos, muchos lo hemos experimentado de una manera u otra: pacientes, familias, amigos…Sabemos que, con un buen tratamiento, se pueden salvar vidas, es más, se pueden recuperar vidas casi perdidas.
Sin embargo, no está siendo fácil conseguir apoyo. En la actualidad, contamos con buenos profesionales en Aragón, pero los recursos públicos que hay resultan totalmente insuficientes: escasez de plazas, listas de espera colapsadas, instalaciones deficientes y derivación a otras Comunidades Autónomas de los casos más graves por imposibilidad de atenderlos… También existen algunas iniciativas privadas que están consiguiendo buenos resultados, pero a la que muchas familias no pueden acceder por su alto coste. En Aragón, ni tan siquiera las familias cuentan con el apoyo económico del Seguro Escolar para el tratamiento, que en otras Comunidades Autónomas sí se facilita y que supone una gran ayuda a la hora de tener que acceder a los recursos privados disponibles (en otras comunidades se subvenciona hasta un 60% del coste de un tratamiento privado).
Por eso, nos planteamos: ¿Hay que resignarse a no hacer nada, a ver impasibles cómo avanza la enfermedad y cómo se lleva vidas, porque la sociedad niega los recursos que se necesitan?
Consideramos que, ante tan injusta y lamentable situación, estamos en nuestro derecho y obligación de reclamar y exigir que se nos tenga en cuenta, que de una vez por todas se nos dé una respuesta clara, eficaz y urgente ante esta situación; ante esta enfermedad. No queremos ni podemos esperar más, el tiempo corre en contra de quienes la sufren.
A pesar de todo, sabemos que no estamos solos, y queremos agradecer a todas las personas que nos estáis acompañando, porque es muy importante sentir vuestra comprensión y cercanía. También a los medios de comunicación que nos han hecho un hueco, nos han dado voz y nos han brindado su apoyo. Somos conscientes de que no es tarea fácil conseguir nuestro objetivo, pero vamos a luchar por ello y os necesitamos a nuestro lado.
Y por último, para terminar, queremos también lanzar un mensaje muy especial de fuerza y esperanza a todas las personas que están luchando, que están en ese trascendental camino que es la recuperación. A ellas y a sus familias: Ánimo! Seguid adelante! No os asustéis si hay tropiezos. No os preocupe el tiempo que cueste recorrer este camino, no hay prisa. Lo importante es conseguirlo, y del TCA se sale! Porque juntos, se puede. Porque NO estáis solas. Porque “lo difícil no es comer”.